No podía, y los que de manera esporádica o repetitiva han tomado café o desayunado algún viernes conmigo lo saben, andar diseccionando temas alegremente y dejar pasar precisamente el que en numerosas ocasiones ha ejercido con tanta solvencia de musa y leit motiv de memorables momentos y bromas. O pasarlo de puntillas, sin el debido respeto que un grande se merece. No sería justo. Porque viernes tras viernes cuando llegaba ese momento en el que alguien se levantaba dibujando en el aire ese gesto estandarizado y reconocible con la mano, ¿café?, te acercabas a la máquina lanzando rápidas y mal disimuladas miradas, al tiempo que insertabas la cápsula, hacia el montón de diarios, intentando reconocer entre la pila de papel de periódico una tapa plastificada y de color que te aceleraba el pulso. ¿Está? Píllalo, píllalo.
En este caso se trataba del suplemento “Fuera de serie” con el que el diario Expansión premia a sus compradores cada final de semana laboral y que se contaba y se cuenta entre las múltiples suscripciones de la empresa. Porque somos guays y nos suscribimos a cosas guays. El mencionado suplemento, para los que nunca lo hayan leído, tiene como objetivo el ilustrar las novedades en moda, viajes, complementos y todo tipo de excentricidades para un público, perdón, para un target (que parece que ahora todo hay que traducirlo a la lengua y grafía de los hijos de la pérfida Albión para que no parezcas un paleto sin caché ni estatus) vamos a decir que de un poder adquisitivo medio - alto. Pero medio - alto, alto, alto.

Así que no puedo evitar hacer mi pequeño y sentido homenaje al que en muchos momentos nos ha dado un último empuje para acabar ese último día de trabajo semanal de una manera algo más amena, compartiendo mofas, juntando cabezas alrededor de unas páginas plastificadas y entonando un mira, mira, mira. Por ellos levanto mi taza. De café.
Que es la última foto? Una avioneta? Un coche?? Parece algo sacado de los Jetsons :-)
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