jueves, 10 de febrero de 2011

Y el mejor guión es para...

No hace demasiado se celebró, como todos los años, la gala de los Globos de Oro ésta vez debidamente adornada por la polémica actuación de un tal Ricky Gervais, actor y guionista no demasiado conocido en estas mesetas más allá de su intervención en la serie The Office. Serie que, como casi todas las decentes que entran en la parrilla en este país, vapuleamos en nuestras cadenas nacionales y privadas en horas indecentes, con cambios de programación, degollándolas sin piedad a base de interminables bloques de anuncios. ¿Tío, qué estábamos viendo? Así que probablemente muchos no hayan llegado a ver nunca al Gervacio ejerciendo su estimada profesión. Pues bien. Mi amigo Ricky, para deleite de propios y ajenos se encargó en la gala de este año de despacharse a gusto a base de críticas y bromas vamos a decir que durillas de digerir, y más teniendo en cuenta que los dardos los estaba lanzando contra muchos de los presentes en la misma sala. A pesar de que muchas de las dianas estaban nominadas en diferentes categorías cinematográficas viéndoles las caras se podía decir quién es o no un buen actor o actriz. Un poema, vamos.


Se rumorea que una vez acabada la presentación o incluso durante la misma los miembros, y aquí entendamos organizadores, de los Globos le leyeron la cartilla y le llamaron la atención por el tono de sus chistes. Eso dicen, al menos. Pues como el que oye llover, tú. Que te peines con la raya en medio. Obviamente, cuando horas después empezaron a llover las críticas a diestro y siniestro la organización, raudos y veloces pegaron un quiebro de coxis declarando su indignación hacia la figura del humorista. Hasta aquí nada se sale de lo esperado en el guión. Porque es aquí dónde termina la historia y empiezan mis dudas. ¿Había o no había guión en todo este show? ¿La cosa fue iniciativa del Richievalens o preparado y orquestado por todos?

Lo cierto es que con todo el bombo que se le ha dado al tema, sobre todo fuera, que aquí ya sabemos que estamos más por las belenesestébans de turno y lo foráneo sólo nos interesa para criticar, el Rickyricardo ha conseguido la pseudo fama que probablemente buscaba. Los famosos 15 minutos que ya predecía Warhol. Pero ojo. No nos engañemos. De ningún certamen de los Globos, desde hace tiempo, se había hablado tanto como de éste. Y sabiendo lo buenos que pueden ser haciendo montajes, que tampoco es el primero que nos cuelan, y que la polémica es a veces el mejor comercial de tu empresa me saltan ciertas dudas. 

Puedo aceptar como válido que un presentador cuele una impertinencia de cosecha propia sin que eso entre en el guión. Una licencia puntual imposible de impedir por los regidores o cámaras a pesar del falso directo, que se hace con unos segundos de retraso para poder meter el pitido en el caso de soltar alguna palabra inapropiada. Pero es que Ricardito se tira sus buenos minutos y sin intentos de interrupción de algún copresentador, una detrás de otra, con un discurso súper preparado porque ese ritmo no se improvisa en el momento, ya te lo digo yo. ¿Qué decía entonces en los ensayos? Porque si los niños practican las obras del colegio ni te cuento una gala de éstas. No me creo que la organización no lo supiera.

Así que me quedo con la sensación de que, montaje o no, este año los premios a mejor guión, montaje, actor, dirección y sobre todo el de la mejor película no están en las manos correctas. Y puede que sea una pena pero... that’s showbiz!!

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